miércoles, 24 de junio de 2009

Corrupcion en Mexico

Corrupcion en Mexico

La corrupción tiene en México un continuo histórico, un hilo conductor que viene de muy atrás, de los vestigios combinados de nuestra civilización india, mestiza y criolla. Se manifiesta de múltiples maneras, unas ominosas y otras benignas; está en los actos más ruines de nuestros gobernantes y en los gestos más solidarios de la sociedad; el abuso del poder para fines de lucro, él tráfico de influencias, la "transa" I se manifiesta en la ambición y soberbia de las autoridades, lo mismo que en la camaradería de los compadres y la solidaridad de los parientes; forma parte de las grandes decisiones públicas y también de las infinitas transacciones privadas.


En todo el mundo hay algo de corrupción, poca en sociedades resguardadas por instituciones políticas democráticas y responsables, donde están en vigor estrictos regímenes jurídicos de observancia generales, y mucha en órdenes pre-jurídicos y antidemocráticos como el nuestro.


En la muy rica y diversa experiencia política internacional, el autoritarismo y la concentración desmedida del poder no han sido, por definición y en todos los casos, sinónimo de impunidad y corrupción. En otras culturas con otros antecedentes y otras motivaciones, el autoritarismo dictatorial ha sido generalmente causa de la cancelación de libertades civiles, de violaciones graves, criminales y sistemáticas a los derechos humanos, pero no necesariamente de corrupción gubernamental, entendida ésta en su acepción más general como el hecho de anteponer al ejercicio de las funciones públicas las relaciones personales, los intereses individuales, familiares, de clan o de grupo.


En el caso de México, sí existe una relación muy estrecha entre el autoritarismo y la corrupción, entre la falta de democracia y la deshonestidad gubernamental. En efecto, el régimen presidencialista posrevolucionario configuró sus mecanismos de poder y autoridad de tal manera que la corrupción pasó a ser, quizá, la más valiosa y perversa herramienta de la gobernabilidad. Por ello la experiencia política mexicana arroja una curiosa y muy reveladora relación de proporción inversa entre represión y corrupción.


La corrupción -manifiesta en sobornos directos e indirectos, en la cooptación, en los programas de inversión y dádivas públicas, en el ofrecimiento de canonjías, concesiones, plazas, cargos y privilegios- sustituyó con gran eficacia a la represión como mecanismo de control político y como arma para neutralizar a grupos sociales ya muchos detractores y adversarios del régimen. Se reprime no a quien ofende, contraviene o conjura contra el gobernante, sino a quien no se deja sobornar, a quien no tiene precio.


Esa fluidez política de la corrupción es lo que hace ya cerca de veinte años, y por cierto con muy mala leche, Alan Riding llamó en sus Vecinos distantes, el "aceite y pegamento" del sistema político mexicano. Gracias al uso, a la diseminación y al fomento indiscriminado, audaz, imaginativo y muy hábil de la corrupción, el régimen pudo incumplir en mayor o menor medida prácticamente todas sus ofertas revolucionarias, y al mismo tiempo logró eludir las consecuencias políticas de ese incumplimiento. El régimen logró, en efecto, con el uso selectivo y ejemplar de la fuerza, reprimir relativamente poco; y con el abuso indiscriminado y absolutamente discrecional del tesoro público, corromper mucho y conservar el poder, disgregar a sus oponentes, diluir la inconformidad y contener las demandas sociales. Debido precisamente a su inmenso valor político ya su muy extensa base de sustentación cultural y social, la corrupción adquirió en México un carácter sistémico; es decir, se encarnó, por propio derecho y su propia lógica, en la estructura institucional del Estado, en su andamiaje jurídico y en la esencia misma de las funciones públicas.


Del valor político de la corrupción y de su papel como generador del poder corporativo y reproductor del poder político, se desprenden la trascendencia que tiene la jerarquía que deberá tener la reforma política del país. Cambiar de régimen significa, necesaria e ineludiblemente, erradicar al menos esas dimensiones político-corporativas de la corrupción mexicana. Sin ello, cualquier cambio, hasta el más aparentemente espectacular, será cosmético. Democratizar al país supone, por tanto, dar al traste con la impunidad que se hermana con la corrupción.







Antonio López de Santa Anna

Antonio López de Santa Anna

A don Antonio López de Santa Anna sus contemporáneos lo apodaban "El quince uñas"; él prefería, en cambio, que lo llamaran Su Alteza Serenísima. Al dictador no le alcanzaban ni las manos, ni los dedos, ni las uñas, ni las horas del día, ni el tamaño de tesoro nacional para saciar su voracidad. A don Antonio le daba por llevarse, descaradamente o por medio de subterfugias, por las buenas o por las malas, para sí o sus cortesanos, para sus parientes y sus amigos, y con mucho esmero también para sus galanas, lo que no era suyo, lo que le gustaba, lo que quería regalar.

Don Antonio no escondía su concupiscencia, ni se avergonzaba de su afición por los bienes públicos y los haberes ajenos. Todo lo contrario: se ufanaba de ello, lo hacía con desfachatez y buen humor, con audacia y picardía. El pueblo tampoco se lo reprochaba, más bien lo festinaba; hacía de ello burlonamente una leyenda, un regocijante tema de tertulia.

Hasta sus víctimas aceptaban con resignación el atraco e incluso se avenían a compartir su patrimonio con el opresor. Don Antonio era un tirano que jugueteaba todo el tiempo con su pueblo. Robaba y dejaba robar, siempre y cuando, claro está, a él le tocara una tajada. Le encantaban las multitudes, los bailes y las francachelas; lo mismo se aposentaba en los refulgentes y perfumados salones de la elegante sociedad que en los sombríos y hediondos burdeles donde sin pudor, sin pedantería, populacheramente, el Presidente se entregaba al desenfreno.



Entre sus mayores aficiones estaban el azar, las peleas de gallos, los naipes. Era un apostador compulsivo y habituado a ganar, y sólo muy contadas veces, por algún motivo avieso, honraba sus deudas de juego. Tal vez la gente no lo quería; de hecho sus amigos y beneficiados, aún más que sus rivales, conspiraban incesantemente contra él. No obstante, el pueblo lo festejaba y, más que tolerarlo, compartía con él sus inclinaciones libertinas, su desenfado para timar y sorprender al prójimo, su sensualidad vulgar y grotesca, su ansia por sacar ventaja de los puestos públicos, el púlpito y los rangos militares: su cinismo para burlar y engañar.

En aquel México recién emancipado del tutelaje colonial, todo era provisional e incierto. La sociedad no sabía muy bien qué hacer con su independencia, con su gobierno y sus tesoros; la de México era una gente desorganizada y dispendiosa, ebria y trasnochada por los jalones y sobresaltos de constantes guerras civiles, asonadas y levantamientos de jefecillos militares, de próceres y caudillos instantáneos. La caída de la producción y el comercio, la pérdida de la opulencia colonial y el asedio a la integridad por el ensoberbecido y vecino del norte dejaron sin rumbo ni fe en sí mismo a los mexicanos. El del santannismo era un pueblo sin entusiasmo por su nación, con muchas ganas de edificar su futuro. Aquel México –tan parecido al del salinismo y el zedillismo, tan similar al México perdido, devaluado y quejumbroso que tenemos ahora- se desorientó de tal manera que echó por la borda oportunidades excepcionales de construir una nación fuerte y desperdició un tiempo precioso. La sociedad sobre la cual gobernaba Santa Anna no supo -o no pudo- encontrar otro motivo de vinculación con el Estado ni otra relación con sus gobernantes y con sus líderes que no fuera la corrupción, el relajo, el chisme, el rumor, la conjura, la sedición. Los mexicanos de aquel entonces, como en cierta medida nos ocurre a los de ahora, se dejaron llevar por la desilusión, por el desengaño y la resignación.

En esos años extraviados y pintorescos que van desde la caída de Iturbide hasta el último día de la dictadura de don Antonio -jocosamente relatados por Leopoldo Zamora Plaws en su historia novelada de la dictadura de Santa Anna-, México sucumbió a las extravagancias de su caudillo ya la crueldad de los caciques; estuvo a punto del desmoronamiento y dejó que los estadounidenses, súbitamente transformados en imperio, pararan sobre él, le arrebataran parte de su espacio físico y geopolítico vital y lo redujeran, de ahí en adelante, a la triste condición de II patio trasero" .

Don Antonio López de Santa Anna era sin lugar a duda un gran corruptor; sin embargo, la sociedad mexicana, asentada en la fangosa mezcla de dos culturas con densidad muy distinta, que juntas no llegaban a cuajar, tenía en su ser y su entraña todos lo antecedentes culturales patrimoniales de la Colonia, todos los hábitos, los valores y los estímulos y hasta las instituciones formales e informales con los cuales nutrir el hambre santannista de corrupción.

Siete Excusas

Siete excusas no válidas, para no luchar contra la corrupción

Excusa 1: "la corrupción está por todas partes, Japón la tiene, Holanda la tiene, los Estados Unidos la tiene. No hay nada que se pueda hacer con algo tan endémico." Pero piense en la salud: las enfermedades también están por todas partes, pero no por eso se llega a la conclusión de que los esfuerzos para prevenir y curar las enfermedades deben por esa razón ser suprimidos. Como las enfermedades, los niveles y los tipos de corrupción varían considerablemente y las medidas preventivas y curativas hacen una gran diferencia.

Excusa 2: "la corrupción siempre ha existido. Como el pecado, es parte de la naturaleza humana. No se puede hacer nada sin ella." En este caso nuevamente la observación es correcta, pero la conclusión no es válida. El hecho de que el pecado exista no significa que existe en cada uno de nosotros en el mismo grado, y lo mismo se aplica a la corrupción. Podemos limitar las oportunidades para la corrupción, aun si la tendencia es perenne.

¿Y TU TE RECONOCES?:




Excusa 3: "El concepto de corrupción es vago y culturalmente determinado. En algunas culturas el comportamiento que le molesta a usted no es considerado corrupto. la lucha contra la corrupción suena a imperialismo cultural." En realidad, como lo demuestra la monumental historia de John T. Noorian, ninguna cultura acepta la corrupción. los estudios antropológicos indican que las personas locales son perfectamente capaces de distinguir entre un regalo y un soborno el cual condenan. las formas de corrupción que se consideran en este documento son contrarias a la ley en todas las ciudades del mundo.

Excusa 4: "Para limpiar nuestra sociedad de la corrupción se requeriría un cambio global de actitudes y valores. Esto sólo puede suceder después de. ..(usted escoge: cien años de educación, una verdadera revolución del proletariado, un renacimiento o la creación de un Estado cristiano o musulmán, etcétera), cualquier cosa menos que eso no serviría de nada." la historia de las campañas de moralización no es muy alentadora. Más relacionados con los administradores urbanos están otros dos puntos:Primero, la organización de cambios sociales tan masivos excede el ámbito de su trabajo; segundo, hasta que eso suceda, hay formas de cerrar brechas, crear incentivos y disuasivos, aumentar la rendición de cuentas y la competencia y mejorar las reglas del juego.

Excusa 5: "En muchos países, la corrupción es absolutamente inocua. Es la grasa que ayuda al buen funcionamiento de los engranajes de la economía y el pegamento que cohesiona al sistema político." Es cierto que existen equilibrios corruptos, pero tanto los modelos teóricos como los estudios empíricos demuestran que son inferiores a los equilibrios donde hay menos corrupción. Alegar que los sobornos tienen una función en un sistema determinado, no quiere decir que deban ser deseables.

Excusa 6: "No hay nada que se pueda hacer si el hombre o la mujer que está arriba es corrupto o si la corrupción es sistemática." Es más propicio para los esfuerzos contra la corrupción si los líderes son limpios y la corrupción es episódica en vez de ser rutinaria, pero los casos en los que se ha lidiado exitosamente con la corrupción, demuestran que los mejores sistemas pueden generar menos oportunidades para que todos, incluso los poderes políticos, cosechen rentas corruptas. la corrupción sistemática puede ser reducida.

Excusa 7: "Preocuparse por la corrupción es superfluo. Con mercados libres y democracias multipartidistas la corrupción desaparecerá." En realidad en democracias estables, la corrupción es una amenaza crónica para la prestación de muchos bienes y servicios públicos, que son inherentemente monopolios del Estado (como la justicia).

Corrupcion

Corrupcion
Según el diccionario de la real academia española, corrupción es acción y efecto de corromper./ Alteración en escritos./ Vicios o abusos en costumbres.//Corromper: Alterar algo./ echar a perder, pudrir./ Sobornar./ Seducir a una mujer./ Estragar,pervertir.//Bielsa dice que corrupción en la función publica, es la desnaturalización o desviación del regular ejercicio de la función publica, entendida esta como la entera actividad del estado, esta no es solo las funciones del poder ejecutivo como poder administrador, sino como lo define Nuñez el ejercicio de las funciones legislativas, ejecutivas y judiciales, nacionales, provinciales y municipales, frente al comportamiento de sus titulares o al de terceros destinatarios o no del acto funcional. No todas las practicas corruptas son delitos tipificados en el código. La corrupción no se limita solo a las transacciones de dinero, en determinados casos la corrupción es el precio que se paga los individuos por participar en decisiones contrarias al interés general y a los que fueran sus propias convicciones.
Se puede entender a la corrupción como los comportamientos llevados acabo por una persona o por un grupo de personas, que se consideran como transgresores de las normas sociales. El hecho de que exista variabilidad dentro de las normas sociales hace que la calificación de un concepto como corrupto dependa y esté ligada al momento histórico y social como al sistema valórico vigente.




Otro enfoque para definir corrupción es el de Heidenheimer (1989, en García y otros, 1999), quien ha diferenciado matices de corrupción según las percepciones éticas de la clase política y la opinión pública. Se llama "corrupción negra" a aquellas acciones más potentes y universalmente aceptadas como el soborno y la extorsión. La llamada corrupción blanca ocurre en el caso en que actos corruptos son aceptados ampliamente por las personas en el ámbito que se trate. Entre la corrupción negra y blanca, se encuentra la corrupción gris, en la que se incluyen todas las conductas acerca de las cuales las elites y la opinión pública discrepan al momento de evaluarlas como corruptas o no.
Otra forma de entender el fenómeno de la corrupción es considerarlo tanto como un recurso como un proceder. En cuanto al primera visión, la corrupción es referida como un recurso expeditivo, vale decir, la corrupción se utiliza para acelerar los procesos y, por tanto, el corrupto es "un experto en atajos". Esta característica racional por excelencia sustrae al corrupto del orden de la inadvertencia, siendo jamás inocente, pues siempre sabe lo que hace, está sujeto a la vigilia cognitiva, al darse cuenta. Desde la segunda perspectiva, la corrupción es un proceder, un modo de hacer para obtener beneficios. Este proceder tiene una característica sustancial, que es la desviación respecto de una cierta normatividad, o sea, la obtención del beneficio, se lleva a cabo, al margen de la conducta normal. La desviación puede hacerse respecto a una norma jurídica o normas éticas.(Silva y Hernández 1995)




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Corrupcion administrativa y de datos

Corrupción Administrativa

Etimología, definiciones y conceptos genéricos de la corrupción.
El uso del termino corrupción es relativamente nuevo. La palabra corrupción en su actual sentido social y legal, es la acción humana que viola las normas legales y los principios de la ética. Hay quienes al hablar de la corrupción se refieren a los actos deshonestos en que incurren los empleados del Estado. No es apropiado usar solo esa palabra en ese sentido, pues las leyes incriminan y castigaran a la corrupción de menores, y en los códigos morales los predicadores condenan a la corrupción de las buenas costumbres. La corrupción administrativa seria entonces el genérico de los delitos que se cometen en el ejercicio de un cargo publico y que se clasifican jurídicamente en los términos siguientes.
Soborno O Cohecho. Es él más reiterativo de los delitos contra la Administracion Publica. Se comete normalmente a instancia del contribuyente y va desde la entrega de una pequeña dadiva para evitar una contravención de simple policía hasta el ofrecimiento de abundantes sumas para salir del pago de los impuestos.
La exaccion. El agente fiscal que se aprovecha del miedo o de la ignorancia del contribuyente y le notifica el pago de un impuesto en cuantía mayor que lo que le corresponde, esta cometiendo exacción. Esta no se debe confundir con la liquidación provisional del impuesto que es frecuentemente mayor que la suma que termina pagando el contribuyente.
La concusion. Es una especie de extorsión hecha por el cobrador de impuestos, que bajo la presión de su investidura, conmina al contribuyente a pagarle determinada cantidad de dinero bajo la amenaza de aplicarle todo el peso de la ley impositiva. Ej. Son concusionarios los agentes de seguro social que en vez de exigir r el cumplimiento de la ley, diligencia el pago de coima a cambio de hacerse de la vista gorda ante la violación de los preceptos que están bajo su celo.
Trafico de influencia. Este se realiza cuando el funcionario de marras influye para conseguir a favor de alguien allegado una contrata de obras publicas; o cualquier otra actividad en la que este involucrada una posición o un trabajo de beneficio.
La malvesacion. Consiste en desviar caudales públicos hacia objetivos distintos a los que consigna el presupuesto en ejecución.
El abuso del poder. Este consiste en utilizar la fuerza publica para resolver problemas particulares, tan propio de los militares de alto rango, y de políticos en el ejercicio de puestos de mando, es igualmente abuso de poder. Lo es además la obediencia o el acatamiento de las sentencias u ordenes judiciales por parte del poder ejecutivo.
El Peculado. Contiene el significado de todas las palabras descritas precedentemente. El sujeto que ilegalmente se enriquece o enriquece a otros en perjuicio del Estado es reo de peculado. El uso en provecho propio de bienes públicos, la retención de bienes ajenos que por error han caído en manos de empleados oficiales, el uso de materiales y equipos en labores diferentes al objeto de su compra, las perdidas de bienes estatales, todos son actos que reúnen los elementos constitutivos del peculado.

Corrupcion de Datos
La corrupción de los datos se refiere a los errores en los datos informáticos que se producen durante la transmisión o la recuperación, la introducción de cambios no deseados a los datos originales. Equipos de almacenamiento y de sistemas de transmisión dan medidas para proporcionar la integridad de los datos.
La corrupción de los datos durante la transmisión tiene una variedad de causas. Interrupción de la transmisión de datos provoca pérdida de información. Las condiciones ambientales pueden interferir con la transmisión de datos, especialmente cuando se trata de métodos de transmisión inalámbrica. Pesadas nubes pueden bloquear las transmisiones por satélite. Las redes inalámbricas son susceptibles a la interferencia de los dispositivos como los hornos de microondas.
La pérdida de datos durante el almacenamiento tiene dos grandes causas: hardware y software defectuoso. Accidentes generales y de desgaste de los medios de comunicación entran en la primera categoría, mientras que en el software suele producirse debido a los errores en el código.
Cuando la corrupción de los datos se comporta como un proceso de Poisson, donde cada bit de datos tiene una baja probabilidad independientemente de ser cambiado, la corrupción de los datos en general, puede ser detectado por el uso de sumas de verificación y, a menudo, pueden ser corregidos por el uso de códigos de corrección de error.
Si un dato incorregible se detecta, procedimientos tales como la retransmisión automática o restauración de copias de seguridad se pueden aplicar. Ciertos niveles de arreglos de disco RAID tienen la capacidad de almacenar y evaluar los bits de paridad de datos a través de una serie de discos duros y puede reconstruir datos dañados a los de la falta de un único o múltiples discos, dependiente en el nivel de RAID aplicado.
Si los mecanismos adecuados se emplean para detectar y remediar la corrupción de los datos, la integridad de los datos se puede mantener. Esto es particularmente importante en la banca, en donde un error puede afectar drásticamente un saldo de la cuenta, y en el uso de cifrado o compresión de datos, donde un pequeño error puede hacer que una amplia base de datos inservible.

Ejemplos de datos corruptos
Una persona manda un mensaje de correo electrónico con el asunto "Fórmula química del benceno", y el destinatario cuando recibe el mensaje ve el asunto como "Fórmula químiZ8v8uhfr%gIk(W"
Se guarda un fichero en un disquete, que se trata de una fotografía. Pasado el tiempo y al intentar recuperar la imagen de ésta, se visualiza sólo la mitad superior y en la otra mitad se ve una trama de colores incomprensible

viernes, 5 de junio de 2009

Codigo de Etica

Código de ética del Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos

Antes de tomar protesta a los nuevos funcionarios de su Gabinete, Vicente Fox leyó lo que llamó su "Código de Ética/1, cuyos 12 puntos exhortó a cumplir no sólo a sus colaboradores, sino a todos los Poderes de la Unión y niveles de Gobierno.

1. BIEN COMÚN: Asumo un compromiso irrenunciable con el bien común, entendiendo que el Servicio Público es patrimonio de todos los mexicanos y de todas las mexicanas, que sólo se justifica y legitima cuando se procura ese bien común, por encima de los intereses particulares.
2. INTEGRIDAD: Ceñiré mi conducta pública y privada, de modo tal que mis acciones y mis palabras sean honestas y dignas de credibilidad, fomentando una cultura de confianza y verdad .
3. HONRADEZ: Nunca usaré mi cargo público para ganancia personal ni aceptaré prestación o compensación de ninguna persona u organización que me pueda llevar a actuar con falta de ética en mis responsabilidades y obligaciones.
4. IMPARCIAlIDAD: Actuaré siempre en forma imparcial, sin conceder preferencias o privilegios indebidos a persona alguna.
5. JUSTICIA: Ceñiré mis actos a la estricta observancia de la ley, impulsando una cultura de procuración efectiva de justicia y de respeto al Estado de Derecho.
6. TRANSPARENCIA: Garantizaré el acceso a la información gubernamental, sin más límite que el que imponga el interés público y los derechos de la privacidad de particulares, establecidos por la ley, así como el uso y aplicación transparente de los recursos públicos, fomentando su manejo responsable y eliminando su indebida discrecionalidad.
7. RENDICIÓN DE CUENTAS: Proveer la eficacia y la calidad en la gestión de la administración pública, contribuyendo a su mejora continua ya su modernización, teniendo como principios fundamentales, la optimización de sus recursos y la rendición de cuentas.
8. ENTORNO CULTURAL y ECOLÓGICO: Adoptaré una clara voluntad de comprensión, respeto y defensa por la preservación del entorno cultural y ecológico de nuestro país.
9. GENEROSIDAD: Actuaré con generosidad especial, sensibilidad y solidaridad, particularmente frente a los chiquillos, las personas de la tercera edad, nuestras etnias y las personas con discapacidad y en especial a todas aquellas personas que menos tienen.
10. IGUALDAD: Haré regla invariable de mis actos y decisiones el procurar igualdad de oportunidades para todos los mexicanos y mexicanas, sin distinción de sexo, edad, raza, credo, religión o preferencias políticas.
11. RESPETO: Respetaré sin excepción alguna, la dignidad de la persona humana y los derechos y libertades que le son inherentes con trato amable y tolerante para todos y todas las 134 mexicanas.
12. LIDERAZGO: Promoveré y apoyaré estos compromisos con mi ejemplo personal, abonando a los principios morales que son base y sustento de una sociedad exitosa, en una patria ordenada y generosa.

En el siguiente enlace podrás discutir ampliamente varios temas de la corrupción

FORO